Dos de los exponentes más importantes del surreralismo son Dalí y Magritte. El primero juego al máximo con el inconsciente y las imágenes de sus sueños y fantasías. Se retrata mucho a sí mismo y es muy autobiográfico, exponiendo sus pensamientos, pesares, angustias y miedos.
Y Magritte, es un poco más poético, incluye animales, pasajes y escenas intimistas, logrando climas muy personales y un tanto solitarios.
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